martes, 20 de octubre de 2009

Elementos indispensables para tener una mayor fluidez ;


1. Ser Lleno del Espíritu Santo (Ef. 5:19)
Jesús dijo: “Separados de mí nada podrán hacer” Juan 15.
El Espíritu de Dios es el único que sabe lo que el Padre quiere recibir. Él es nuestro directo de alabanza por excelencia. (Jn. 16:13-14) Por eso debemos ser íntimos y dependientes del Espíritu a punto de ser “controlados por Él” .

2. No tener mezclas (Ef. 5:19)
Pablo nos da un ejemplo muy claro: “No emborracharse con vino” o sea no perder el control con placeres de esta tierra sino perder el control para el Espíritu Santo.
En la reina Valera dice no se embriaguen con vino en lo cual hay disolución (mezcla humana). Debemos “vaciarnos” de toda mezcla de este sistema (contaminación visual, auditiva, sexual, y etc.) para ser guiado exclusivamente por de la pureza del Espíritu que viene del cielo.

3. Buscar las cosas de arriba (Col. 3:1)
El capitulo 3 de Colosenses es muy clave en el desarrollo de una fluidez en el Espíritu. Recién en el verso 16 habla de canciones espirituales pero todo lo anterior es el proceso para llegar a eso.
Buscar las cosas de arriba tiene que ver con nuestras motivaciones al adorar. ¿Queremos reacciones físicas o realmente ministrar de espíritu a espíritu? ¿Queremos tener un momento agradable entre nosotros con las canciones o queremos realmente traer el cielo a la tierra y hacer la voluntad del Padre?
La referencia de alguien que quiere adorar en Espíritu y en verdad no puede ser ministros, bandas, ni ministerios de esta tierra. No se debe mirar ni a la derecha, ni a la izquierda sino ARRIBA donde está Jesús a la derecha de Dios.

4. Hacer morir lo terrenal (Col. 3:5-11)
Lea el listado de colosenses porque ahí muestra claramente de que tenemos que “vaciarnos”. Dice también que debemos despojarnos del viejo hombre con nuestros hechos. (vs. 9) Nuestra confesión expone todo a la LUZ de Cristo y nos lleva a una dimensión de nueva criatura vestidos de Él.
Dios no puede llenar un vaso sucio. Debemos presentarnos a Él disponibles y como vasos de confianza donde soportaremos el peso de su Gloria con santidad radical.

5. Tratar lo natural primero y después fluir en lo espiritual. (col. 3:12-13)
Si en un equipo de música se juntan a tocar nada más en los cultos y de repente quieren “fluir en el Espíritu y profetizar” no es complicado pero hay un protocolo a seguir.
- Se debe tratar las diferencias como celos, competencia, envidia musical, egocentrismo y etc. Jesús dijo acerca del perdón en Mateo 5 “ antes de llevar tu ofrenda al altar reconcíliate primero con tu hermano y después entrega tu ofrenda en justicia” (parafraseado).
No juegues con las cosas santas, Dios no puede ser manipulado.
A muchos no les gusta “fluir en el Espíritu” porque en esta dimensión uno pierde el control. Pero de una vez por todas debemos vivir lo que creemos. Ya estoy crucificado con Cristo ahora ya no vivo yo Cristo vive en mí. Si él se humilló y se despojó a sí mismo hasta muerte de Cruz debemos hacer esto también unos por otros para estar en unidad de alma y espíritu.
Siéntense como grupo, mírense a los ojos y traten todo lo que haya que tratar antes de ponerse a orar o adorar.
- Otro punto importante es estar bien ensayado en lo técnico. Si saben solo cuatro acordes, no hay problema, pero que esté bien afianzado para que cuando estén ministrando no se aten a los arreglos y a lo que hay que tocar. Simplemente están relajados y se dejan llevar por el Espíritu a dimensiones desconocidas.
Cuanto más sepan esto servirá como mayor recursos que el Espíritu podrá usar. “Conforme a la vasija será el aceite.”


6. Estar en paz (Col. 3:15)
Cuando uno está apurado, llega atrasado, está lleno de preocupaciones y ansiedades es casi imposible decir: Ahora vamos a fluir!!!
Por esto hay que desarrollar el buen habito de alinear el cuerpo al alma, el alma al espíritu, y el espíritu al Espíritu Santo.
Como David hacía: “Bendice alma mía a Jehová, y todo mi ser bendiga su santo nombre.” David ordenaba a su alma que hacer y que no hacer. Esto es una buena costumbre que debemos tener arraigados antes de ponernos a ministrar.
Estar en paz con sí mismo, en paz con los demás alrededor, y principalmente en paz con Dios. Y en un estado relajado y tranquilo Dios te tomará y te llevará adonde quiere.

7. Tener abundancia de PALABRA (Col.3:16)
Todo lo que el Espíritu hará estará de acuerdo a la Palabra de Dios.
Cada uno debe manejar bien la espada y ser lleno de revelación personal siempre.
Todos tenemos un depósito espiritual adentro (II Tim. 1:14) De acuerdo a lo que esté almacenado en ese depósito es lo que el Espíritu Santo usará.
No podemos dar nada de lo que no tenemos. Esto es impartición: “De lo que tengo te doy…”
De ahí nace la espontaneidad, cantando la palabra, parafraseando versículos y principalmente ministrando algo que se te ha revelado en el espíritu. Cantar revelación es lo que te inviste de autoridad espiritual.

8. Ser agradecido (Col. 3:16 / Ef. 5:21)
No quejarse por lo que te falta sino dar gracias por lo que ya posees. Esto es una ley espiritual que desata multiplicación.
La gratitud te abre puertas en lo espiritual.
“Entrad por sus puertas con acciones de gracias…” Sal100:4

9. Respetar el proceso (Col.3:16)
“Instrúyanse y aconséjense unos a otro con toda sabiduría…” Enseñar es edificar.
Dios es un Dios de procesos. Podemos esperar milagros pero esto no es cuestión de magia, de que con una “varita mágica” o imposición de manos ya esté todo arreglado. Es cuestión de ENTRENAMIENTO. De ir de poco a mucho, de menos a más.
Se debe despertar el espíritu a una nueva búsqueda del rostro de Dios a nivel personal y después que se contagie a nivel equipo de música. Que pasen tiempo adorando y contemplando Su hermosura, dando lo que Él quiere recibir.
Después en los cultos se sentirá un nuevo fluir. Primero Salmos (canciones conocidas) para que todos estén unánimes y enfocados en lo mismo. Es importante que las canciones sean de acuerdo al nuevo pacto. Canciones didácticas que despierte hambre por lo sobrenatural hasta que se desate algo espontáneo que traiga palabra fresca, revelación cantada y expresiones de pasión por Jesús que cambie el ambiente donde estén reunidos.

10. Espontaneidad
“Cántenme un cántico nuevo…” Esta es una petición de Dios a través de los profetas y los salmistas en más de 200 versículos de A.T.
A Dios le gusta escuchar lo que sale de nuestro interior, es el agua que sacia Su sed. Si somos hijos de Dios debemos tener también su ADN. Él es creativo y de la nada, por medio de Su palabra, hizo el universo. Debemos ser como Papá, espontáneos, sinceros y creativos en todo.
De un cántico espontáneo nacerá lo profético. Un cántico espiritual no es nada más y nada menos que El Espíritu Santo cantando a nosotros y a través de nosotros.
Es cantar de fuego y salir quemado, es cantar de agua y quedarnos empapados. Es traer una realidad espiritual a lo tangible por medio de la fe y el fluir de Su Espíritu.
Adoremos en espíritu y en verdad. Controlados por Él, sin temor a lo desconocido, porque lo mejor está detrás del velo y es más real de todo lo que vemos. Es cuestión de creer!!!

Padre te pido que despiertes esta generación a un nuevo hambre y una nueva sed por tu presencia y por darte lo que tu quieres recibir. Que tu amor eche fuera todo miedo a lo desconocido, a lo espontáneo. Que tu gracia cubra multitud de errores que intentan tapar los pozos del fluir de Tu Espíritu que está adentro de cada creyente. Te pido que caigan las mascarás religiosas y que seamos sinceros delante de Ti y esta verdad, nos hará libres para fluir como agua e ir directo a tu corazón todos los días. Que nunca falte un canto nuevo en labios de tu iglesia algo que te dé placer y traiga el cielo a la tierra. Quita lo que nos distrae de tus ojos, lo que limita lo espontáneo y lo que hace que se estanque la creatividad. Que siempre haya fluir en tu pueblo. En el nombre de Jesús. Así sea!!!

Fuente : Marcos brunet .

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